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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

sábado, 30 de septiembre de 2017

No me la contaron... la ví...



El viejo logístico, el de los galpones de chapa y madera, había venido a rebotar allí vaya uno a saber la causa, tal vez porque entre los que nos dijeron que pongamos tres destinos para salir de 2dos Jefes fui el único que puso tres destinos del despliegue,

como es lógico y razonable destinado a Buenos Aires al Logístico, que en esos días había dejado de ser Producción y Mantenimiento.

Mi premura por salir al despliegue es que el sueldo no alcanzaba, la inflación todos los días hacia que valga menos, en el despliegue al menos por allí evitaba uno alquilar, y la vida era más barata.

Para febrero recibíamos a los cabos de las especialidades que venían a hacer una “Residencia y practica” de un año, Mecánicos Motoristas, Carpinteros, Armeros, y alguna especialidad más, pero el grueso estaba en esas. Unos 10 Mec Mot, 14 o 15 carpinteros, 2 o 3 armeros y creo 2 Preparadores de Farmacia, y 3 Gráficos.

Según recorrí a mi llegada el Logístico tenía una cuadra para cuatro o cinco en estado lamentable y un baño que estaba a la entrada del Escuadrón, que para entrar había que tener coraje, ni que decir para bañarse, agua fría y a otra cosa.

El primer problema con los cabos fue que no cobraron por unos dos o tres meses, ya la cosa venia mal y encima eso. Los que tenían parientes en Buenos Aires salían a alojarse allí, lógico a partir del quince de cada mes o antes (Se cobraba el 10+/-) viajaban chapeando con las hebillas de los cintos con el escudo puesto en alguna billetera que mostraban a los guardas de los trenes, algunos los dejaban viajar y a otros teníamos que ir a buscarlos a la delegación de la Pol Ferroviaria de Retiro y pagar el pasaje y la multa ya que los pobres eran insolventes.

Con bastante esfuerzo se logró refaccionar la cuadra y alojar con unas mínimas comodidades unos 10 de ellos, pero quedaba un grupo grande que no teníamos donde meter, los preparadores de farmacia consiguieron dormir en el laboratorio (Entre algodones como decíamos) pero el grueso de los carpinteros quedaba sin lugar, de todas formas explicaron que se arreglaban solos, lamentable situación, dormían en la carpintería con mantas y colchones sobre el aserrín, el DN era aún del EA y se estaba yendo, no había forma de que se atienda el problema.

El tema duro era la comida, el Logístico no tenía casino, así que la comida se traía de afuera o cada cual comía lo que traía de su casa, los cabos hacían una olla popular en la carpintería, a poco de cobrar uno veía algún puchero, pero luego solo guisos y guisos cada vez más aguados según se acercaba fin de mes.

Estando un día en carpintería algunos de ellos me pidieron autorización para cazar algunas palomas, que había y en cantidad en los techos, desde allí salían a comer para el puerto cuando se cargaba grano o para el FFCC, llenaban de nidos los desagües y los tapaban etc, una plaga, lo vi como una solución a dos puntas así que lógicamente los autorice, sin siquiera informar al J Un.

Pasaron unos dos meses, y yo había olvidado el tema, un día el J Un me llama para ir a ver al Dir Log, Cte Gral Sordo para esa época, partimos al Centinela y allí en el despacho del Dir Log estaban tres señores, uno de ellos Coronel retirado que nos explicaron que eran de la sociedad Colombófila Argentina, traían la inquietud de la desaparición de varias bandadas de palomas mensajeras que ellos seguían hasta los techos del Logístico y que habían comenzado a desaparecer en forma alarmante, pedían que le expliquemos si estábamos usando algún cebo, etc y además nos dijeron que estaban protegidas, etc, etc. El J Un realmente no mintió cuando dijo que no sabía nada del tema, a mí no me preguntaron así que tampoco mentí.

Cuando volvíamos le informe al J Un las causas de la baja de palomas, y para ver pasamos por la carpintería, serían las 1600 y estaban allí los cabos descansando, se los hizo formar y el J Un les explico que no se podía seguir cazando palomas y se retiró para volver a informar al Dirlog, yo quede charlando con ellos a ver alguna solución, en eso vi sobre la estufa en un alambre una larga colección de anillas, pregunte de que eran y uno de ellos me explico que algunas palomas los tenían puestos, que tenían unos números……

El tema sirvió ya que de la charla del J Un con el Dirlog se logró algún refuerzo en comestibles, que no era mucho pero era algo al menos.

Épocas muy pero muy duras, con un mal sueldo, donde se vean las necesidades y nada se podía hacer, de todas formas se seguía y de alguna forma improvisando algo se hacía.

No recuerdo tantos nombres entre los Cabos Lesiuw, Arrebola, Comparin, Chamorro, Mendes, etc. La mayoría de ellos luego excelentes Suboficiales.

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