Lo compartí por los recuerdos que me trae, esas
viejas criollas recolectoras de tabaco, impensados años, con el
“cachimbo” casero...
...( origen guaraní ) como ellas decían o el pohuazu
(cigarro liado en el momento) medio encendido y medio masticado colgando
de la boca durante todo el día, trabajando bajo sol rajante o lluvia.
Una de ellas a la que le solía encargar me lie cigarros una vez
charlando pregunte su edad, entre risas me confeso que no sabía, pero
por cálculos y hechos que recordaba, llegamos a estimar casi 90 años, le
pregunte que comía me dijo que siempre mandioca hervida y alguna carne
cuando había, sino tortas fritas y mate amargo, y en último caso solo
mate en épocas muy feas.
Cuando pregunte desde cuando fumaba me sorprendí aún mas de su respuesta
“desde que recuerdo”, siempre cachimbo, o liado que fumo y mastico.
Me conto que usaba el tabaco además a veces bajo el pañuelo en la cabeza
con hojas verdes sobre las sienes para curar el dolor de cabeza,
mascado como apósito en cortaduras y picaduras para que no se infecten, y
con el alquitrán que deja para curar hongos en la piel.
Una cosa más interesante, no recordaba casi haber estado enferma. Según
mis cálculos murió más allá de los 100 años, siempre igual y siempre
fumando y trabajando.-
Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
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