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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

domingo, 16 de julio de 2017

Un fumador de pipas Haitiano...

Haití, un país pobre, destruido el primer país independiente en América, al independizarse de Francia durante la Revolución Francesa, en él se inspiró la película “Quemaida” ya que cuando Napoleón asume resuelve escarmentar a los Haitianos y envía una flota con orden de degollar hasta los pájaros, y quemar todo lo que ardiese. Nada quedo, se repobló con etnias enfrentadas y de allí hasta hoy sus luchas internas.


En la segunda foto vendedoras con su mercadería, hacen diariamente 20 km para ofrecer sus productos en Puerto Príncipe, y no siempre los venden.

En la primera pare el vehículo y me quede conversando, se expresaba en Creoles idioma oficial, mezcla de dialecto africano y francés, un agricultor que venía de 30 km a pie para comprar algunas semillas, se sentó cansado y saco una vieja pipa, a la que al romperse la boquilla supo tallar una de madera perforada, la cazoleta venia de otras épocas muy lejanas, según el tallada de una madera que trajo el mar, tenía un tabaco picado que era resto de habanos dominicanos que compraba a un hotel de lo que tiraban los huéspedes, una bien cuidada caja de fósforos y para pisón un dedo que creo ya estaba deformado por el calor y la presión.

Charlamos un rato entendiéndonos pese al idioma, me acepto una carga de tabaco que tenía en mi tabaquera, seguro un latakeado, y le deje mi encendedor BIC, un lujo impensable para ese lugar, además un botella de agua mineral que allí se cotizaba en la calle 20 dólares pese a que en la base la pagábamos 3 centavos dólar, allí en agua potable no existe. Estaba seguro que cuando me fui la vendió, pero un poco esa fue mi idea.   



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