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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

martes, 13 de febrero de 2018

Cosas que pasan...

Como el tiempo ya ha pasado, y los actores se encuentran cómodamente retirados, posiblemente siquiera recuerden un poco el episodio, así que me atrevo a comentarlo con Uds.

Estaba en la Reg II, y en la Plana tenía varios Oficiales Jefes, algunos radicados en Rosario y otros su gran mayoría con domicilio en Capital federal o Gran Buenos Aires, así que los días viernes por la tarde (Y un poco antes a veces) salía el, tropel a ver sus familias, lógico el que estaba de turno sin solución se quedaba, y si había alguna novedad….volviendo urgente, a veces pedían a los que no viajaban por algún motivo que les cubran o los remplacen.

Por un problema de turnos un fin de semana y luego algunas novedades en su área uno de los oficiales radicado en Gran Buenos Aires hacía ya casi un mes que no podía usufrutuar el franco de fin de semana.

Justo esa semana, lo llama la hija llorando que había dejado como siempre su auto frente a la casa y había amanecido con dos ruedas menos, tramite telefónico de una forma, de otra, el seguro, etc, resultado debió pedir a la hija que se ocupe de comprar las dos ruedas y hacerlas colocar.

Con todo ese problema, y para más pintaba un fin de semana complicado, pero finalmente el sábado a la mañana la cosa se despejo y dejaron de existir problemas para viajar, así que con un poco de desesperación saco en tiempo record su auto que guardaba en el garaje del ACA continuo a la Región y partió hacia su domicilio.

Según su propias palabras más o menos el tema ocurrió así: “ Tarde más de lo normal en la autopista ya que por la hora estaba cargada, así que llegue a San Miguel casi oscureciendo, cuando giro por la esquina de casa, veo a una persona, un hombre agachado junto al auto de mi hija y justo con una llave cruz trabajando sobre una rueda del lado de la calle, arrimo el auto y con un golpe de volante lo golpeo tirándolo al suelo, allí salgo del auto, me le pongo encima y comienzo a golpearlo gritándole – Chorro de m…… yo te voy a enseñar – estaba en eso cuando escucho gritos de mi hija que decían – Papa, papa, que haces déjalo es mi novio, me está colocando las cubiertas –“

El pobre hombre el lunes volvió a la Región muy preocupado, según contaba su hija no le hablo todo el fin de semana, y tuvo que ir a ver a su futuro consuegro para que no lo denuncien por lesiones, ya que el novio más allá de tener los dos ojos morados por el golpe del auto tenía una pierna rota y una muñeca con fisuras.

Por unos cuantos fines de semana lo vi de turno continuo sin aprovechar el franco.

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