En las Sección Junin
normalmente nos llegaban los pedidos de actuaciones por infracción a Leyes de
Enrolamiento, y el problema era bastante ya que comprendía en la jurisdicción
las localidades de Malleo, Chiquilihuin y Contra, donde existían comunidades
aborígenes que fuera de hacer el trámite de certificar nacimiento nunca
hicieron otro...
El tramite eran unas
cuantas hojas que se elevaban a veces venían comisiones de normalmente de
Marina a llevarse los infractores, los de Ejercito se presentaban a los
cuarteles locales.
Nos toco el caso de
un tal Ñanco (nombre no real), que vivía de Chiquilihuin arriba, sobre los
cerros, varias comisiones fueron a tratar de encontrarlo pero era imposible,
apenas veía los uniformes salía a la carrera hacia el cerro y se les perdía.
Por fin con el
concurso de un sacerdote el padre Mateo, conseguimos que firmase el acta de
infracción (lógicamente puso el dedo) y pudimos elevar las actuaciones.
Si pensamos que
termino el problema nos equivocábamos, al poco tiempo llego una pedido de la
Marina que solicitaba que comparezca en la Sección que una comisión de la
Armada pasaría a buscarlo.
Partió una comisión a
cargo del Sarg 1ro Lobos a tratar de encontrarlo y traerlo, por más que Lobos
se quedó cuatro días tratando de dar con él y buscándolo de noche o de día, no
tuvo resultado alguno, solo una vez lo vieron de lejos y huyendo hacia los
cerros.
Dejamos pasar una
semana y resolvimos darle otra visita, solo que esta ves aplicamos técnicas de
“Emboscadas”, una comisión apareció como siempre por el camino, Ñanco seguro
los vio y salió corriendo hacia el cerro para encontrase allí con otra comisión
que los esperaba.
Nada fue fácil, de
buena altura y excelente físico se resistió, pateo, mordió, etc hasta que se le
tuvieron que colocar esposas, se lo subió al Unimog y sujetándolo a un banco ya
que se trató de tirar y partimos a
Junín.
Ya en Junin como no
teníamos calabozos se lo tuvo que mantener esposado a un pesado banco de
madera, si lo llevaban a alguna oficina para identificar o hacer papeles era
notable el olor insoportable, y no conseguimos que emita palabra alguna, el
médico del hospital que lo reviso termino sospechando si no serias mudo.
Por fin a los tres
días apareció la gente de la Marina, que sin mucho tramite solo cambio las
esposas y partieron para nuestra tranquilidad.
Paso tal vez un año,
teníamos un control de ruta a la altura de Rinconada, yo estaba sentado mirando
la forma que se desarrollaba, cuando llego el colectivo proveniente de Zapala,
se pidió bajen los pasajeros y vi bajar a un marino perfectamente vestido que
al ver un oficial se dirigió a mí y se presentó en un despliegue de tacos y
saludos, quede sorprendido, más aun cuando escuche “Marinero de primera Ñanco
en uso de licencia se presenta señor”.
Terminado el saludo
le pregunte como estaba en la marina, me explico que fue con mucho miedo, nunca
salió de Chiquilihuin, pero que lo llevaron a un base muy grande, le enseñaron
a leer, a vestirse, tenía médico, y le arreglaron los dientes, que le enseñaron
mucho, que esperaba terminen los dos años ya que quería engancharse para
cocinero en los barcos.
Le desee la mejor de
las suertes y me quede satisfecho habíamos mandado un salvaje y aparecía
transformado en un ciudadano.-
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