Diciembre de 1978, el
país a punto de entrar en conflicto con nuestros vecinos Chilenos de la noche a
la mañana casi seguro el 10 de diciembre me encontré con que era el responsable
de 320 hombres recién llegados de diferentes lugares, la mayoría de Buenos
Aires, algunos con equipo y otros solo con lo puesto, así que fueron a parar
más o menos al Tromen 250, en Paimun 30,
en Carirriñe 40.
A los que vinieron
con lo puesto por medio de Ejército de Junin conseguí que tengan por lo menos
dos uniformes, eso era de rápida y fácil solución, pero el otro problema se
llamaba comida.
Cuando comenzaron a
llegar los contingentes consulte al Escuadrón que previsión existía, me
contestaron que sabían tanto como yo que habíamos entrado en el sistema de
abastecimiento de Ejercito, me quede pensando si les explicaba que debían comer
eso “El sistema de abastecimiento”.
Salí del Escuadrón y
volví a Junin, allí me entere que no tenía lugar en el playón, estaba lleno de
unas 30 camionetas civiles, los vecinos se habían enterado que se autorizaba la
requisa y resolvieron entregarlas ellos directamente a Gendarmería, la cantidad
era demasiado, pero ninguno quería que se la devolvamos ya que si las tenían
las secuestraba Ejercito y terminarían en unidades movilizadas vaya a saber
dónde.
El tema seguía siendo
la comida, el personal sin trámite alguno, completada la ropa y armamento
siguió viaje directo a donde quedaría destinado, me agencie de unas bolsas de
pan y prometí no muy convencido que todo mejoraría.
Tome el camino al Tromen
pensando charlar el tema con Daniel Olsen un amigo, pero pasando la hostería de
Olsen era imposible entrar, un Estado Mayor había fijado su cuartel allí, en
Pino Santo me encontré con el Jefe del RI 121 movilizado Cnel Farwait, a quien
consulte por su sistema de abastecimiento, me explico que al salir había
acopiado alimentos, que seguro el abastecimiento llegaría, pero cuando….
Sin muchas opciones
pase por lo Andino Grant, un excelente amigo al que directamente le pedí me
abra un crédito ya que necesitaría comprar algunas vacas, se fijo media res por
día a retirar ya carneada de la Estancia.
Solucionado el tema
fundamental de la comida comenzamos con el resto, combustible mande a retirar
de la Estación de Servicio de Junin en la cual la Sección tenía cuanta,
El médico 1er Alf
Stochetti me planteo la necesidad de tener un puesto de socorro, o lugar de
reunión de heridos para ser evacuados, le dije que propusiera el lugar y me
puse a hacer otras cosas.
A la hora aparece el
médico y me dice que ya tenía el lugar que sería un galpón de esquila de la misma Estancia de Andino Grant, le pedí
que me acompañe a la Estancia a conversarlo con Andino, llegamos le explique el
problema y me dijo que él se ocuparía de acondicionar todo; que vuelva más
tarde y me entregaría el lugar, así lo hicimos a las tres horas, me llevo al
casco principal, donde él vivía y entramos al living que tendría unos 10 x 20
mts estaba vacío, lleno de colchones contra las paredes, en el revestimiento de
madera de araucaria laqueada habían
clavos colocados para colgar el suero y paradas en el medio estaba su esposa,
su hija mayor y tres empleadas que explicaron que estaban a disposición del
médico, ellas serian las enfermeras. Me quede mudo, solo me salió abrazarlo y
darle las gracias. Al salir me acompaño al costado de nuestro vehículo había tres
paisanos a caballo y un caballo sin jinete, monto en él y me dijo, “Te van a
hacer falta vaquéanos, yo y estos peones nacimos aquí, y somos bien argentinos”
ya salimos para el Tromen detrás de tuyo.
Realmente me sentí
confortado, no estaba solo.
A los seis días llego
el abastecimiento, pollo, panceta, harina, fideos y latas de 3 kg de viandada y
otras de mermelada, etc. Los pollos estaban podridos y de mala forma el olor
era insoportable, la panceta en piezas estaba agusanada, la harina y el fideo
con gorgojos, luego de una interesante discusión rechace todo menos las latas.
Directamente me dijeron que o me quedaba con todo o con nada, resolví que con
nada y al capitán que venía a cargo lo envié de paseo. Me corrí a Pino Santo a
comentar el tema con el Jefe del 121, no necesite explicar mucho el olor a
pollo era infernal y había soldados limpiando la panceta, lo entendí él no
tenía otras fuentes de alimentación.
Corrieron los días y
llego el 24 de diciembre, esa noche se reforzaría la ración de comida nada mas,
no teníamos muchas opciones, pero aproximadamente al oscurecer aparecieron dos
camionetas en una venia Andino y su familia y en la otra Daniel Olsen y la
suya, bajaron canastas y canastas de pan dulces y galletas dulces, me pidieron
solo un favor, repartirlas personalmente, así lo hicieron puesto y trinchera
por trinchera y pasamos esa navidad en
compañía de las dos familias.
El conflicto días
después termino, así que fui al Escuadrón a que me indiquen que tramite debía
hacer para pagar las deudas en comida y combustibles, me indicaron que
presentase las facturas y se ocuparían de ello.
Pase primero por lo
de Andino donde entre mate y mate saque mi libreta de apuntes y le dije la
cantidad de vacas que tenía como deuda, me figuraban 15, pidiendo que compare con el control suyo, me
miro y se sonrió, y pasándome el mate me
dijo “Vacas carneadas, no recuerdo haber vendido ninguna, aquí no está
registrada ninguna deuda, de cuando se le vende a la Patria”. Clásico de el un
patriota de verdad.
Fui a Junin y en la
estación de servicio me baje con mi cuaderno de cargas de combustible me
atendió el dueño Echegaray, algo parecido a lo anterior, solo que este según me
confesó la deuda nuestra la licuo entra las de las unidades de Ejercito que
abastecía de combustible.
Resultado no debía
nada, solo una gran admiración y respeto a tres personas que aquí creo debo
recordar Andino Grant, Daniel Olsen y Lucas Echegaray. A cada uno de ellos
obsequie una bandera argentina usada y desflecada, a Andino la de Tromen, a
Daniel la de Paimun y a Echegaray la de Carirriñe. Las mismas que en esas
fechas flameaban todos los días.-
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