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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

lunes, 22 de mayo de 2017

Se olvidó la mula..



La Quiaca año 1971, dos estaciones la del ferrocarril y el invierno, una unidad grande, con mucha gente joven y un pueblo con poca gente y sobre todo pocos lugares para pasar el rato.

No existían esparcimientos en la Quiaca, o mejor dicho los había, pero pocos y con problemas, el Club Sirio, buen lugar si uno gustaba del anís y era amigo de las cartas, el cine siempre que se quiera ver películas argentinas de la época en que Gardel usaba pantalones cortos, eso si algunas veces en el intervalo se podía degustar un trozo de asado en el salón anexo, con la ventaja que el olor entraba a la sala y uno al salir corría el riesgo  que lo sigan todos los perros de la zona, estaban también a veces  los bailes en el Hotel el Cortijo en Villazon, pero cruzar la frontera de noche cuando no había luz y siendo Gendarme no era muy recomendable...


Había otro lugar, pero… entrando exhibía un cuadro que más o menos decía – Casa de tolerancia habilitada por DtoNacNro…. En la ciudad de la Quiaca y algunos considerandos de la población masculina al construir el FFCC, etc – nada menos que un prostíbulo (en castellano) habilitado por la Nación.

Este último establecimiento era por lejos el que más aglutinaba a la tropa, decían que si uno pasaba lista seguro había más efectivos que en la formación de la mañana de la Unidad.

De todas formas tenia algunas peculiaridades, era el único lugar donde pasadas las 2200 se podía comer, tenía un anexo donde servían excelentes milanesas y asado con carne traída de Jujuy, allí las damas no molestaban, ellas se mantenían en un cuasi salón de baile donde un bar cubría toda una pared.
Normalmente no existían problemas, solo algún Billy theKid que rompía alguna botella de la estantería de un disparo,  y la guardia a veces debía hacer una recorrida para ayudar a encontrar el camino a la cuadra a alguno muy mareado, cosa que se arreglaba con una noche de alojamiento en la torre de la unidad, así al otro día amanecían con las ideas muy “frías”.

El tema se complicaba más luego del día 10 fecha en que normalmente cobraba el Escuadrón, y si coincidía con el cobro de los mineros de Pirquitas, allí ya la Guardia debía intervenir en peleas campales, celosos los verdes y celosos los mineros por las chicas, la cosa terminaba con unas cuantas sillas y mesas rotas más algunas cabezas, la Policía directamente desaparecía y la torre terminaba con bastantes alojados.

En esa época la mayoría de las subunidades tenían Unimog, otras solo mulas, así que luego del cobro por la noche desfilaban caravanas de vehículos y tropas montadas que llegados a la zona del prostíbulo desparecían misteriosamente, al menos para quien no supiera que la casa que se encontraba enfrente tenía solo la fachada, allí detrás se alineaban los vehículos y los mulares prolijamente ordenados, si el Jefe de unidad pasaba nunca vería vehículo alguno que baje sin permiso.

A las primeras luces rugían los motores y medio zigzagueando los vehículos partían a sus destinos, las tropas montadas con las riendas colgando  desaparecían en silencio.

Así las cosas hasta que una mañana luego de un feriado la encargada del local apareció en la guardia de la Unidad, pidió ver al Jefe de Esc y ya con el devolvió una pistola BM 11,25 que una de las chicas encontró bajo el colchón, pero además solicito que alguien vaya a sacar la mula que estaba en una pieza, que ya se había comido las cortinas.
El tema de la Pistola tomo cierto carril reglamentario y disciplinario; pero lo de la mula fue diferente, el Jefe quería saber quién la dejo y de que subunidad era, así que fue comisionado el Enfermero Herrador Sarg Millaleo con dos gendarmes, para recuperar la infractora y llevarla al Escuadrón.

Según relato Millaleo entro a la pieza y efectivamente había un mular que por las características era de GN, no verifico en ese momento marcas ni NIGN, estaba con montura de tropa y la propietaria de la pieza aseguro que era de un gendarme que estaba muy “mareado” y la escondió dentro de la pieza, cuando la dama despertó la mula estaba el jinete había desaparecido; Millaleo saco la mula afuera pero en ese momento el animal asustado lo atropello y escapo al galope siendo imposible volver a capturarla, era imaginable que volvió a su caballeriza vaya a saber a qué subunidad.

Lógico por más que se preguntó a nadie le falto un mular, lo único que nunca me cerro conociéndolo a Millaleo uno de los mejores Enfermeros de Ganado y Herrador que conocí  es que se le escapase una  mula y menos que no pudo ver las marcas identificadoras que lógico las ponía el.

Pero seguramente la altura, la puna, y  allí pasaban cosas a veces sorprendentes.-

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