El año venia raro,
poco verano y lluvioso, según los lugareños se adelantaría el invierno y seria
nevador...
La Sección Junín
entre sus grupos tenía el de Carirriñe en las termas de Epulafquen, distante a
unos 65 km, el grupo era de temporada,(Se levantaba en invierno), la
construcción una verdadera vergüenza tres piezas de costalera de madera
forradas por dentro con laminas de machimbre y techo de chapas, el piso a unos
30 cm del suelo ya que estaba sobre un mallín y por allí se filtraba agua
termal, en si dos piezas de unos 6 x6 donde en una funcionaba la oficina y en
la otra el dormitorio y depósitos etc; a unos tres metros otra pieza que hacía de cocina comedor. el baño… lógico el de las
termas también precario. La calefacción un tambor de 200 litros adaptado y otro
similar para la cocina.
No existía un lugar
cómodo por problemas normales con PN, si bien había un paso a Chile para
vehículos que desembocaba en Liqueñe a unos 40 km, el objeto principal del paso
era el ingreso de trabajadores de temporada, ya que los de las zonas de
Pamguipulli que trabajaban en Junin y San Martin les era más fácil acercarse en
camioneta al límite, caminar unos 5 km y luego de hacer las tarjetas volver a
subir a camionetas que los esperaban del
lado argentino, fundamentalmente por allí pasaba todo el personal de los
hoteles de la zona.
El camino bastante
complicado, fácil hasta llegar a los lagos Curruhue grande y chico, ya que allí
corría en cornisa unos 90 o más metros de altura, y con el espacio justo, ya
que estaba “tallado” contra el cerro, luego contra la laguna verde y el lago
Epulafque la situación no cambiaba, era normal que se corte por caída de árboles, piedras o corridas de
tierra, en invierno el camino se nivelaba con el cerro y no existía forma de
pasar.
Con el aviso de los
lugareños que sería un invierno complicado pedí al escuadrón el MB 1114 para
hacer el repliegue los primeros días de
julio, tomándome cierto margen ya que las nevadas son a fines de julio..
El grupo tenía cinco
integrantes el Sarg Sanchez como jefe y cuatro Gendarmes, dos antiguos en la
zona y dos recién llegados. Creo que Jara, Campos, Cucik y Alarcon.
Hice bajar al Jefe de
grupo para que prepare el repliegue un fin de semana si mal no recuerdo, un
sábado, el día siguiente soplo un viento muy fuerte, y por la noche comenzó a
nevar, y nevó durante tres días, todos los caminos quedaron cortados, así que
desesperados nos largamos con el Unimog a tratar de replegar a los Gendarme que
habían quedado en el grupo, imposible en el Curruhe la nieve superaba los dos
metros y estaba congelada, no había forma.
Nos comunicamos por
radio estaban bien, tenían unas bolsas
de harina, grasa, algo de comida, y poca nafta para la radio, los autorice cazar si hacía falta (en la zona de PN ciervos
y jabalíes son comunes) si no podían tendrían que sacrificar alguno de los
equinos, les indique junten abundante
leña y prender la radio solo una vez al
día, la Sección quedaba en escucha permanente.
Fui a San Martin a
gestionar el lanchón de PN que saliendo de Paimun podía cruzar el Epulafquen;
justo tenia los motores el Buenos Aires en reparación.
El tiempo seguía mal,
nevaba o helaba, así seguimos hasta que casi a fines de julio se les acabo la
nafta y no existió más comunicación, yo no dormía ni comía casi, no podía dejar
de pensar que estaban allí y yo era responsable de ellos,
Agosto comenzó con
buen tiempo y yo explote, resolví que saldríamos a rescatarlos como sea,
conseguí un Unimog mas del Escuadrón, motosierras, palas, picos, poleas, dos
cajones de gelamon para mover piedrones o troncos muy grandes, unos 14 hombres
y una pequeña topadora de Vialidad.
Los primeros 40 km fueron un infierno, el camino
por los Curruhe era hielo duro, lo
rompíamos a explosivos y la topadora
abría un poco para que la sigan los Unimog eso nos llevo tres días durmiendo en
los vehículos por las noches. Pasando los Curruhe la nieve era menos pero
encontramos por lo menos dos corridas de piedras y unos cuantos árboles caídos,
allí tardamos dos días más, por fin desde una loma pudimos ver Carirriñe, a lo
lejos se veía el mástil con la bandera y de las chimeneas salía humo.
Cerca de las termas
no había nieve casi, así que nos adelantamos, a unos cien metros distinguí a
los cuatro gendarmes que salían, pero también veía otras personas más, unas
seis que cuando llegamos note eran mujeres.
Cuando
estuvieron todos y nos organizamos para
empezar el repliegue, llame al Gendarme más antiguo y pedi me explique lo de
las mujeres, que dicho sea de paso eran muy educadas y estaban entre los 20 y
30 años, me explico que el mismo día de la tormenta de nieve por la noche
escucharon gritos de auxilio, que salieron y encontraron perdidas a las seis
mujeres que eran del servicio del hotel Sol, tres camareras y tres cocineras,
que venían del paso caminando no pudiendo seguir ni volverse les brindaron
alojamiento. No informaron nada ya que no querían preocuparnos por la comida y
las damas tenían pensado si el tiempo se componía volverse a Chile, lo que no
ocurrió.
Así me pude enterar
que las damas que eran camareras tenían designado lavar la ropa, plancharla,
mantener el lugar limpio y calefaccionado, las cocineras eran las responsables de hacer
pan, y preparar las carnes de ciervo y jabalí que aportaban los Gendarmes.
Durante todo el
trayecto de vuelta me pase pensando si la cara de contentos de los cuatro Gendarmes
era de verdad o solo se adaptaba a las circunstancias para evitar hacernos
sentir mal luego de tanto trabajo de rescate.
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