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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

domingo, 18 de diciembre de 2016

Curar el viemto...

Hoy llame por teléfono al casero de Goya para preguntarle si tuvo algún problema ya que la noche del sábado se había producido en la zona una tormenta muy fuerte, quien me aviso me explico que casi fue considerada un ciclón, aclaro que en esa zona del Rio Paraná los ciclones no dejan de ser algo raro pero no por eso infrecuentes.

Comenzamos como siempre en las llamadas por saludos, preguntas sin importancia, ya que no deja el casero de ser un personaje, para tratar finalmente de llegar al lo que interesa o fue el objeto de la llamada.

Llegado el tema le preguntó que tal la tormenta, no tuvimos daños?, los arboles aguantaron sin problemas? Me respondió: Mire señor la tormenta muy pero muy fuerte, las palmeras parecía que se arrastraban por el suelo, pero en su casa fue más suave…. Allí intrigado pregunto ¿Por qué en casa más suave? … Respuesta bien clara: Pasa señor que la vi venir y salí con el hacha y la Cure.

Bien hasta allí lo que quería referirme, una costumbre de la zona “Curar” las tormentas, esto significa que se la desvía del lugar que esta uno parado, puede creerse o puede no creerse; pero vi hacerlo en el campo, tal vez justo el viento cambio de dirección , se calmo, o autosugestión no se pero se nota que luego de la “cura” cambia.

El procedimiento normalmente es cuando viene la tormenta se toma un hacha y con ella mirando el viento se dibuja una cruz en el piso, luego se clava el hacha en el centro apuntando hacia la tormenta, entiendo que quien lo hace repite algún rezo, pero esto no puedo asegurarlo. También vi hacer la “cura” de tormenta con un cuchillo, en este caso mirando la tormenta con el cuchillo se dibujan cruces en el aire.

Creencias y leyendas como siempre del Norte, pueden ser solo eso leyendas, pero quien nos dice por allí algo de verdad tienen, es la magia de los viejos Arandu (los ancianos sabios guaranies) heredada por un pueblo que respeta su tradición y su pasado.-

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