Las visitas al Ibera se hacen en dos lugares solamente, por lo cual el resto del estero aun es casi virgen, es muy difícil navegarlo, ya que los motores no son aptos por la cantidad de algas y plantas acuáticas que se enredan en ellos, los aerodeslizadores fueron probados pero tampoco son aptos ya que en los islotes e islas flotantes crecen arboles leñosos, solo queda en esos lugares tan cerrados la canoa a pala (sistema que se impulsa con una tacuara larga, empujando y remando)
Para entrar en los lugares turísticos tiene abiertos canales a las lagunas internas que permiten navegar a motor, pero en los otros lugares la canoa debe manejarse con una persona delante apartando los camalotes, que al paso de la canoa se vuelven a cerrar (no quedan un camino de vuelta) así que la navegación y la orientación son bastante complicadas, tampoco sirve orientarse por los arboles ya que muchos de ellos están en las islas flotantes que con el cambio de viento van navegando de lugar a lugar.
En las fotos se ve solo una parte de la fauna, faltan los monos, los pumas de islas, los lobos de un pelo, etc y por sobre todo aquel que cuando ruge en las noches hace que el silencio sea absoluto el mítico yaguareté que en esos esteros tiene su lugar natural.
Esa zona está por su característica llena de leyendas e historias, el viejo camino de los Jesuitas, el canal al Paraná, la gran represa de piedras, la vieja Iglesia de los Esteros, los viejos guaranies, la Misión Perdida, los fuegos donde en la noche se reúnen los Arandu (viejos sabios) a fumar sus pipas, el silbido del Pombero, el protector de la fauna el Yasiyatere, y mil cosas más que el silencio, lo inexplicable y la soledad llevan a formar.
Ya los canse seguro, pero vamos a las fotos:
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