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Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...

Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...

domingo, 11 de diciembre de 2016

La guerra es la guerra...

Según cuentan en un olvidado pueblo alemán vivian cuatro mujeres en una casa, la muy anciana madre, la hija y sus dos nietas, el pueblo fue invadido por los rusos en su avance, y en la casa irrumpió un pelotón de soldados al grito de “a violarlas, a violarlas”, las nietas ya mujeres rápidamente se dan cuenta que nada pueden hacer, asi que hacen que la abuela se esconda en un altillo y para salvarla sacan botellas de votka y comienzan a bailar con los soldados y mantener sexo, a la hora el lugar era un desenfreno total, pero para sorpresa de las nietas en un momento ven a la abuela bajar las escaleras del altillo con una botella de vodka en la mano desnuda y gritando “La guerra es la guerra”.-

Asi amigos mios que como ven en épocas de guerra ocurren cosas sorprendentes.-

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