No hace mucho algunos colegas se sorprendían de
que existan batallas y combates que la historia no recuerda y si lo hace
es solo en algun remoto libro, aquí por ejemplo coloco la crónica de la
invasión Brasilero/portuguesa a la Patagonia.
Aclaro que hacen unos 20 años visite Carmen de Patagones y para mi
sorpresa en la iglesia se encontraban las banderas del imperio del
Brasil, creo que conté cuatro comunes y una imperial, y en una plazoleta
lucían algunos cañones de la escuadra con el emblema del Emperador
Pedro de Brasil.
Seguramente algunos colegas conocerán los hechos, otros como nunca son mencionados no tendrán ni idea.
Un tema mas, en el museo de Patagones hay una excelente colección de
pipas Clay, posiblemente de origen inglés y frances que se encontraron
en las cuevas donde vivía en invierno la población por el frió.
COMBATE DE PATAGONES - 27 de marzo de 1827
(Por Pedro Pesatti)
.
Hace ciento ochenta años, un 27 de febrero de 1827, hacia su aparición
en el horizonte una poderosa escuadra de guerra con intenciones de
ingresar al rio Negro. El pueblo de Patagones y Viedma debieron
organizarse para enfrentar el mayor desafío de su larga historia.
La guerra llega a la Patagonia
A las 9 de mañana del 28 de febrero de 1827, la infantería de negros del
coronel Pereyra abro fuego de cañón y metralla contra el bergantín el
"Escudero" de la Escuadra Imperial del Brasil. El barco, que enarbolaba
la bandera de las Provincias Unidas para engañar a los defensores, izo
la bandera de su país al ganar las tranquilas aguas del estacionario y
celebrar su victoria. Detrás de este bergantín ingresa una poderosa
corbeta, la "Itaparica", que traspasa la línea de la defensa sin
dificultades porque ya no quedaban municiones para atender la batería ni
existían otros medios para enfrentar la agresión.
Sobre el mediodía, y en plena bajante, un tercer barco intenta franquear
la desembocadura pero quedo varado en los bancos exteriores, impidiendo
el desplazamiento de la cuarta nave que avanzaba detrás.
A esta altura de los hechos, y sin posibilidades de trabar combate con
los invasores, la infantería se replegó en dirección al Fuerte junto a
los corsarios de los comandantes Harris, Dautant y Soulin y a los
hombres del gaucho Molina. Dos negros y el corsario Fiori, de origen
Italiano, mueren durante estas acciones.
La poblacion se prepara para resistir
Luego del choque en la desembocadura, y sin que se volvieran a producir
nuevos enfrentamientos, el comandante de la "Chacabuco", capitan Jorge
Santiago Bynon, es designado para ejecutar el plan defensivo.
No todos los vecinos están de acuerdo con la decision adoptada por el
jefe militar, el coronel Lacarra. Hay quienes opinan que el Fuerte no
puede ser un punto de resistencia y aconsejan armar las naves corsarias
para salir al encuentro de los agresores.
El informe de Melchor Gutierrez sera decisivo. Adelantado con un puñado
de hombres al escenario controlado por los brasileros, Gutierrez examina
el deplorable estado que presenta la Escuadra por el desconocimiento
que sus jefes tenian del rio. La suerte de la "Duquesa de Goyaz", que
habia varado el 28 de febrero en los bancos exteriores, era
irremediable. El oleaje, y el insistente viento proveniente del mar la
estaban demoliendo. A su vez, la "Itaparica" presentaba una encalladura
en el estacionario. Estas novedades producen un giro en los planes:
Bynon debe preparar una escuadra para pasar a la ofensiva y atacar la
debilitada fuerza del comandante James Shepherd. Sin embargo, el
desconcierto parece reinar entre los defensores. Algunos proponen, como
el corsario Doutant, concentrar todas las fuerzas en Patagones y esperar
a los brasileros. Otros, como Ambrosio Mitre - padre de Bartolome Mitre
-, no confian en la fortaleza de las instalaciones y son partidarios de
atacar por el rio con las naves corsarias.
Patagones no tiene un fondo estrategico para retirarse si el enemigo
logra llegar al puerto. ¿Para donde marchar? Remontar el rio con toda la
poblacion?Internarse en el campo? A quien acudir en caso de una
retirada en pleno confin del mundo? No hay muchas salidas. Con el rio
bloqueado en poder de los invasores y a mil kilometros de Buenos Aires,
el pueblo debe tomar las armas para enfrentar al enemigo.
Las acciones sobre la orilla de Viedma
Luego de permanecer un dia en alta mar, la "Constancia" logra atravesar
la barra con los sobrevivientes de la "Duquesa de Goyaz", la corbeta
insignia de la expedicion que se hundio en la desembocadura tras
permanecer cinco dias encallada en los bancos exteriores.
Sobrepasada en su tonelaje y con el peligro de varar en el estuario, el
comandante de la "Constancia" decide un desembarco en inmediaciones de
lo que hoy se conoce como el "Pescadero" para aligerar su carga y
redistribuir a los naufragos en el resto de las naves.
El proposito de los invasores era desembarcar para marchar por tierra
hasta la altura del estacionario donde estaba varada la "Itaparica" y el
"Escudero". Pero un grupo de milicianos que tenian la mision de
custodiar la margen sur los tomo por sorpresa. Los invasores abandonaron
sus botes de desembarco y gran cantidad de pertrechos que
inmediatamente fueron incendiados por los defensores.
Los milicianos de Olivera
Patagones, pese a los dias que ya habian transcurrido desde que la
Escuadra Imperial habia hecho su aparicion en la desembocadura, no
terminaba de adoptar un plan para hacerles frente.
El 5 de marzo se decide convocar un Consejo de Guerra con el proposito
de establecer un curso de accion definitivo. La Escuadra, reducida a la
mitad de su poder original por el hundimiento de la "Duquesa de Goyaz" y
el encallamiento de la "Itaparica", se habia adelantado hasta la
Estancia de Rial para aprovisionarse de viveres. Esta situacion
favorecia un ataque con los barcos corsarios aunque, de acuerdo con la
opinion del practico Guillermo White, la operacion presentaba muchas
dificultades por las caracteristicas del rio Negro.
Al tiempo que se cumplian distintas tareas en el Fuerte para protegerse
de un posible ataque de la infanteria brasilera y tomaban posiciones en
el lugar los negros libertos del coronel Pereyra, la caballeria,
integrada por vecinos armados y los 22 "tragas" del gaucho Molina, eran
adelantados a Laguna Grande - bajo las ordenes del subteniente Olivera
-, con la mision de determinar la ubicacion del enemigo y el posible
escenario desde donde podrian consumar un desembarco.
La caballeria toma posiciones en el lugar en horas de la tarde, tras lo
cual Olivera dispuso que un grupo de vecinos, a cargo de Cabrera, marche
hacia el cerro de Pepe Rial para efectuar tareas de reconocimiento.
Alrededor de la diez de la noche del 6 de marzo, dos centinelas de este
grupo avistan una division de infantes brasileros que habia desembarcado
mas abajo de la estancia de Rial con la aparente intencion de
inspeccionar el terreno.
Frente a este cuadro de novedades Olivera decide que el Juez de Paz
Alfaro marche hasta el Fuerte para transmitir la informacion y destaca a
un nuevo grupo para que siga de cerca la accion del enemigo.
Por esas horas, el comandante de los invasores, James Shepherd, acababa
de confirmar a sus oficiales la realizacion del plan que habia
articulado los dias anteriores: avanzar por tierra durante toda la noche
para sorprender a Patagones con las primeras luces del 7 de Marzo.
El triunfo
Alrededor de las dos de la mañana del 7 de marzo de 1827, las tropas
brasileras inician su marcha hacia El Carmen desde un punto ubicado a
unos dieciocho kilometros rio abajo, al este del Cerro Direccion. La
fuerza, compuesta por cuatrocientos efectivos y trece oficiales, fue
conducida hasta el Cerro de la Caballada por un negro brasilero. El
baqueano - que habia vivido un tiempo en Patagones luego de ser tomado
en una de las presas del corsario "Lavalleja" -, para eludir las zonas
barrancosas y cortadas de la costa se interno por el monte cerrado,
sometiendo a los invasores a una dificil travesia
El calor sofocante y los terrenos arenosos de la ruta elegida, pronto
comenzaron a minar la energia de los agresores que durante todo el
trayecto estuvieron privados de agua y con el rio demasiado lejos para
obtenerla.
A las cinco y media de la mañana, cuando ya el negro del "Lavalleja"
habia enfilado la columna hacia el Cerro de la Caballada, distante a
unos cuatro kilometros, los hombres del subteniente Olivera apostados en
Laguna Grande se preparaban para una nueva vigilia.
Ninguno de los dos bandos sabia, obviamente, que estaban separados por
apenas un kilometro de monte y que en pocos minutos se trabarian en c
ombate.
En esos momentos, Francisco Herrero y Domingo Miguel son mandados por
Olivera a buscar unas reses para carnear y racionar a los milicianos. Se
internan hacia el norte. A poco andar comprueban una infinita cantidad
de huellas que delatan la presencia del enemigo. En menos de quince
minutos están frente a Olivera con la novedad y toda la caballada, a
brida suelta, sale en busca de la gloria.
Los brasileros, por su parte, ignoraban que los milicianos estaban
alertados y empeñaron los últimos alientos para trepar por el cerro
desde el que pensaban rendir sin mayor tramite al pueblo de Patagones.
En los pliegues del uniforme del capitán James Shepherd - uno de los
primeros enemigos que cayo bajo el fuego de los defensores - se encontró
una carta en la que requería la rendición:"Permaneced tranquilos en
vuestros hogares; vuestras personas y propiedades seran respetadas, en
caso de acceder a mi justa solicitud; pero en caso contrario incendiare
todas vuestras propiedades". Para su desazón, el comandante imperial
comprobaria que toda la población estaba en pie de guerra y que su
demanda, en Patagones y Viedma, jamas encontraría destino
Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
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