Esta mañana temprano recibí una llamada que
siempre para mi es una alegría, directa de Colombia mi amigo Gustavo
(Bien claro mi amigo así se entiende fácil) .
Entre otras cosas comentamos las elecciones de Colombia y por un chiste
mío sobre el famoso Choripan y tetrablick de vino le prometí que algo
contaría de lo que suelen ser en algunos lugares las elecciones.
Dos cuentos que más que cuentos ocurrieron:
Chaco adentro allá por las épocas de la presidencia Radical del Dr
Alfonsín, los radicales en el poder y lanzados a conquistar votos como
sea, gran reunión de de las comunidades Tobas y Matacos, en el Pintado
un inmenso galpón y una cancha de futbol donde en un costado se asaban
no menos que unas 10 vacas, mientras del galpón salían botellas y
botellas de vino, carteles del presidente radical por todos lados, los
parlantes que repetían sus discursos, y unos 2000 o más aborígenes
comiendo y tomando más de lo que uno puede creer posible, con esa hambre
de pobre que sabe que pasara mucho hasta la próxima comida.
De golpe música y reparte de alpargatas, como si a algunos de los
presentes con esos pies agrandados de tanto andar descalzos le
quedarían, pero en fin el regalo estaba.
Y por fin promediando la tarde ya con un fuerte olor a vino, sudor y
algunas cosas más llega el momento de los discursos, suben los
candidatos y gritan prometen, explican políticas que la concurrencia no
entiende pero aplauden igual; hasta que por fin un candidato resuelve
dar el paso de compromiso y pide que uno de los principales caciques
aborigen suba al palco y agradezca a los radicales tan gran acto, entre
dos apenas sostienen al cacique que se tambalea y no suelta su botella ,
se para por fin frente al micrófono, se pide silencio y el cacique
arranca con su discurso de agradecimiento en medias lenguas:
“Grande tu asado y tu vino, grande tu fiesta, lindos tus discursos, pero yo digo VIVA EL GENERAL PERON….”
Lógico allí termino el acto, los aborígenes a sus ranchos y los políticos sin poder comprender a sus ciudades.-
El otro cuento es de Hito Uno, allá donde el
Bermejo se pierde en la frontera con Bolivia, lugar de arena, matas
espinosas y donde vive la comunidad aborigen de Chiriguanos y algunos
criollos.
Es costumbre que para las elecciones unos 10 días antes cada caudillo
criollo reúne a sus indios, los lleva a un galpón y allí los encierra,
dentro del galpón se sirve asado el vino corre fácil y la música deja
sordo al más pintado.
La temperatura promedio no baja de los 30 grados en invierno, así que es
de imaginar lo que es un galpón de chapas cerrado durante días, donde
se come se baila y se hacen otras necesidades siempre adentro, el olor
se corta con una sierra más o menos.
Cuando llega el día de los votos cada caudillo carga un camión con sus
“engalponados” que lógicamente van en calidad de bulto pasados de vino,
los hace votar y los descarga al costado de la ruta, hasta las próximas
elecciones no hay mas asado, vino , música ni galpón, por otra parte a
los nueve meses del “engalponaje” nace una partida de niños cuya madre
tal vez alguna idea tenga de quienes serian los posibles padres.
Lo simpático del caso (dentro de lo lamentable) que en una oportunidad
se presento uno de los caudillos muy enojado a un grupo de Gendarmería
queriendo hacer una denuncia, cuando el oficial le pregunto sobre el
tema, este explico que era por “robo de indios”, que otro caudillo
durante la noche había doblado algunas chapas de su galpón y le robo
quince indios… el oficial sin saber que hacer pidió alguna orientación
por radio, le contestaron que tome la denuncia y asi lo hizo, lógico el
Juzgado no dio curso, pero no falto algún desubicado que la filtro a la
prensa, y allí si que fue lindo.-
Noche fresca y abierta en el pago... desde que apareció el lucero un fuego mantenía en ronda a la paisanada. Los perros se rezongaban entre ellos por un espacio cerca a la lumbre y a lo lejos los carau continuaban en su fiesta lamentando la muerte de su madre (ver leyendas).
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
Un chicharrón a las brazas, la pava ennegrecida de ollín... y el crepitar de las llamas... el resto era mero lujos de compañias...
Buenos humos de tabacos criollos y "DON Emilio" (ese "titulo" casi nobiliario que le damos los paisanos a aquellos que consideramos nuestros mayores, y que se han ganado el respeto y la jerarquía de ser llamados de esta forma)... que se acomoda en una silla petizona, apura un cimarrón caliente y bien sebao que le supieron alcanzar y nos deleita con sus historias...
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